martes, 6 de mayo de 2014

Anecdotas Toledanas

Hoy os contare algunas de las buenas anécdotas que recuerdo de los ocho meses en el Hospital. Con tan solo 12 años y las ganas de vivir al 100%. Allí dentro no todo era duro, también estaba la gente que te hacia ver que sonreír también se podía. Me acuerdo de los primeros días que me sentaron a la silla y me agarraba a todos lados por que pensaba que me iba a caer y cuando me veían las enfermeras agarrada a la silla como si fuera una montaña rusa todo eran risas, hasta que un chaval de Bilbao me enseño a manejar la silla con facilidad, a hacer caballitos y a hacer maniobras con la silla. Luego estaban las noches que en la planta de niños nos ponían a todos en fila y nos agarrábamos unos a otros haciendo de tren, el primero obviamente siempre era una silla eléctrica. O esas tardes de Julio en las que llegaba nuestro celador preferido Juan a mojarnos con jeringuillas de agua (nos ponía a caldo). O ese día en el que nos pusimos los 3 grandes amigos del Hospi a la orilla del jardín al lado de la carretera con pistolas de agua a mojar a los coches y cuando les mojábamos nos pitaban o se bajaban a hablar con nosotros (a algunos hasta les hacíamos favores) pues estos son algunas de mis anecdotas del HNP. Buenas noches!

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